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Trece rosas
Sucedió en agosto de 1939. Horas antes de su ejecución, Julia Conesa Conesa, conocida por ser miembro del colectivo de las Trece Rosas, envió a su madre la carta más dura que habría escrito hasta la fecha: «Madre, hermanos, con todo el cariño… Os pido que no me lloréis un día. Me matan inocente, pero muero como debe de morir una inocente. Madre, madrecita, me voy a unir con mi hermana y papá al otro mundo«.
Ese mismo día, Julia fue asesinada por el régimen franquista. Fue condenada a pena de muerte por un tribunal militar poco después de terminar la Guerra Civil. Su ‘delito’, como el de la mitad de sus compañeras, fue asociarse a las Juventudes Socialistas Unificadas. Dos días antes del fatal destino, el 3 de agosto, el Consejo Permanente de Guerra las sentenció a morir como «responsables de un delito de adhesión a la rebelión«.
Julia fue detenida en mayo de 1939. Había sido denunciada por un amigo de su por entonces novio, y las tropas franquistas la detuvieron mientras cosía en su casa; su ocupación, más allá de plantar cara al régimen fascista con organizaciones declaradas clandestinas, era la de modista. Tres meses después, en la madrugada del 5 de agosto, fue asesinada junto a sus compañeras en la tapia este del cementerio de la Almudena, espacio que lucha por no olvidar sus nombres.
Cuenta Constanza Paje, sobrina nieta de Julia que años después desveló el contenido de aquella carta que la joven mandó a su madre poco antes de morir, que cuando sus familiares iban a verla a prisión ella «estaba demacrada, pálida, ojerosa; estaba enferma«, pero decía que «estaba bien, que cantaba, reía y bailaba«. No podía estarlo, pero Julia lo hacía para animar a su madre, que entonces se hallaba enferma y no podía visitar a su hija en la prisión. El deseo de Julia: «Que mi nombre no se borre de la historia«
Finalmente, la madre de Julia pudo acudir a la cárcel, no sólo para ver a su hija, sino también para «llevarle a Franco una solicitud de indulto«. Unas 40 mujeres habían firmado una petición en la que se rogaba el perdón para la integrante de las ‘Trece Rosas’. Llegó tarde. Julia ya había sido fusilada, y el último contacto que había tenido con ella fue aquella misiva que funcionó a modo de sentencia y de pronta despedida.
La suerte quiso, al menos, que esa carta que la familia ha guardado como un tesoro décadas después pudiese llegar a manos de la madre de Julia. Así se lo contaron a Constanza: «Las cartas pasaban primero una censura previa, pero algunas comunicaciones llegaban a su madre y a su hermana a través de cartas que escribía en un papel muy rudimentario en el dobladillo de la ropa que sacaban de la cárcel«. Aquello tenía una intención clara, cumplir el último deseo de Julia: «Que mi nombre no se borre de la historia«.
Qué no nos borren la memoria para que no se repita la historia.
El derecho a la pereza- Paul Lafargue
- Autor: Paul Lafargue
- Editorial: epublibre (epub)
- Fecha: 1880
- Páginas: 36
Lafargue ya a finales del siglo XIX nos da las claves de lo que iba a ser el futuro del capitalismo, el dogma del trabajo. Este pequeño texto expone el efecto de este dogma sobre la sobreproducción y su relación con la mecanización. También identifica el como posible solución la reivindicación del derecho a la pereza y prohibir el trabajo.
Lafargue ya en el prólogo nos indica la función de la moral del trabajo “La moral capitalista, lastimosa parodia de la moral cristiana, anatemiza la carne del trabajador; su ideal es reducir al productor al mínimo de las necesidades, suprimir sus placeres y sus pasiones y condenarlo al rol de máquina que produce trabajo sin tregua ni piedad.”
Ya en el siglo XIX ve que el dogma del trabajo es una locura pues “el trabajo es la causa de toda degeneración intelectual, de toda deformación orgánica.” Considera que la pasión por el trabajo es consecuencia de que el proletariado abandonó sus instintos y “todas las miserias individuales y sociales nacieron de su pasión por el trabajo.” Considera como una vergüenza proclamar como principio revolucionaría el derecho al trabajo.
Observa que “Trabajen, trabajen, proletarios, para aumentar la riqueza social y sus miserias individuales; trabajen, trabajen, para que, volviéndose más pobres, tengan más razones para trabajar y ser miserables. Tal es la ley inexorable de la producción capitalista. … los proletarios se han entregado en cuerpo y alma al vicio del trabajo, precipitando así a toda la sociedad en las crisis industriales de sobreproducción que convulsionan el organismo social.”
Afirma que “el proletariado debe aplastar con sus pies los prejuicios de la moral cristiana, económica y librepensadora; debe retornar a sus instintos naturales, proclamar los Derechos de la Pereza, mil veces más nobles y más sagrados que los tísicos Derechos del . Hombre”. “Hay que debilitar la pasión extravagante de los obreros por el trabajo y obligarlos a consumir las mercancías que producen.” “A medida que la máquina se perfecciona y quita el trabajo del hombre con una rapidez y una precisión constantemente crecientes, el obrero, en vez de prolongar su descanso en la misma proporción, redobla su actividad, como si quisiera rivalizar con la máquina. ¡Qué competencia absurda y mortal!”
Violencia económica y patrimonial
La violencia económica es un tipo de violencia contra la mujer que busca controlar sus ingresos y recursos financieros.
Es difícil de reconocer pues se suele imponer de forma sutil apelando en muchas ocasiones a la operatividad o a la confianza.
Es importante prevenirla asegurando la independencia económica y evitando delegar responsabilidades.
La violencia económica consiste en actos y comportamientos que tiene el agresor de manera intencional para tener el control de los ingresos y los recursos financieros. Busca generar una situación de dependencia económica de la mujer. La violencia patrimonial implica la destrucción o sustracción de documentos, bienes, activos u otros objetos..
Esta violencia puede afectar a mujeres que cuentan con mayores recursos económicos, pero que no disponen de esos ingresos con libertad y son dependientes económicamente y a mujeres en riesgo de exclusión social que se ven limitadas para conseguir la autonomía económica.
La violencia económica y patrimonial puede ser sutil, encubierta y difícil de reconocer.. Se puede dar durante la relación incrementándose progresivamente pero también tras la separación (en ocasiones aparece o se incrementan a modo de castigo a la mujer por abandonarlo). Muchas veces es simultánea con la violencia psicológica, física o sexual que menoscaban la autoestima de la mujer generando indefensión e inacción.
Actualmente, la violencia económica y patrimonial no se encuentra recogida ni definida de forma específica como una forma de Violencia de Género en España, lo que dificulta su visualización y eliminación.
Puedes entender mejor este tipo de violencia con los siguientes comportamientos del acosador:
- Restringe el acceso al mercado laboral: No permite a la mujer trabajar para generar sus propios ingresos o le dificulta la conciliación.
- Pone barreras a la formación y a la mejora de las condiciones de trabajo.
- Limita el acceso a los recursos económicos: Deja el dinero exacto para el gasto diario, administra todo el dinero, controlando en qué y cómo se gasta.
- Excluye a la mujer de la economía familiar: Negando la participación en las decisiones del hogar. No puede realizar las compras de forma independiente; o se realizan compras sin su consentimiento, provocando deudas.
- Recursos económicos como instrumento de amenaza: No deja dinero para la alimentación diaria para ella y sus hijos/as.
- No cumple con el pago de la pensión de alimentos
- Se oculta la situación patrimonial y generalmente el maltratador tiene la titularidad de todos los bienes.
- Desconoce los ingresos del agresor.
- Daños a la propiedad: vivienda, coche, etc.
- Se esconde o se destruyen los objetos de valor o personales de la víctima.
Debemos asegurar la autonomía económica evitando delegar responsabilidades. Este test te permitirá identificar si la sufres.
Starbucks
Mientras Starbucks enfrenta una creciente campaña en EEUU para sindicalizar sus tiendas, los patrones han lanzado un sitio web antisindical destinado a desinformar a los trabajadores sobre lo que está en juego. Esto es parte integral de las represalias que la corporación ha estado desatando en una ciudad tras otra.
También ha sido reticente a las reacciones contra el racismo en EEUU.
Starbucks es una cadena internacional de cafeterías fundada en Seattle en 1971. Es la compañía de comercialización de café más grande del mundo, con más de 24.000 locales en 70 países y una política antisindical y poco respetuosa con la sociedad.
Además esta cadena tiene serias deficiencias en su gestión como:
- Usa leche no orgánica de granjas industriales.
- Difunde bebidas y alimentos no orgánicos (OGM) y chatarra.
- Es miembro de la Grocery Manufacturers Association.
- No cumple los estándares de comercio justo y trata de imponer los suyos propios.
- Uso de alimentos transgénicos.
- Explotación de los pequeños agricultores.
Visibilizar a las personas racializadas
Aunque la raza es una categoría discutible, la racialización como fenómeno político-social está claramente presente en nuestras sociedades de formas diversas.
La racialización es un elemento de control social qué como anarquistas tenemos de combatir.
El propio concepto de raza es discutible y parece ser más una división arbitraria. En la actualidad, el concepto de raza se define como “una estructura social de carácter étnico”. Es decir, es algo construido por la sociedad y no por la biología.
Existen varios tipos de racismo por los que las personas se pueden sentir discriminadas o ser víctimas de desigualdades entre los que destacamos:
- Racismo aversivo. Empleado por personas que están abiertamente en contra del racismo y de los comportamientos racistas. Se pretende la igualdad de derechos y la libertad para que cada grupo viva su propia cultura abiertamente pero manteniendo distancia, falta de empatía y frialdad.
- Racismo simbólico. Aboga por el derecho a ser iguales, pero en ámbitos o situaciones específicas. Un ejemplo: cada grupo puede vivir como quiera, pero en áreas limitadas para dicho grupo. Provocan segregación cultural y distanciamiento.
- Racismo etnocentrista. Cree que el propio grupo es superior culturalmente y el resto son una amenaza cultural. No hay derecho a la igualdad. Se expresa con rechazo de costumbres, creencias, comportamientos, religiones o lenguas de otros grupos.
- Racismo biológico. Cree que una raza es biológicamente superior a las demás y que el resto amenazan con degenerarla. Las otras razas no deben tener ningún derecho, deben ser excluidos totalmente e incluso segregados físicamente.
La racialización o etnización es “un proceso político de adscripción de identidades étnicas o raciales a una relación, práctica social o grupo que no se identificó como tal. La racialización o etnización a menudo surge de la interacción de un grupo con un grupo al que domina y le atribuye una identidad racial con el fin de continuar con la dominación y la exclusión social; Con el tiempo, el grupo racializado y étnico desarrolla la construcción impuesta por la sociedad de que las razas son reales, diferentes y desiguales en formas que son importantes para la vida económica, política y social.”
Una de las principales causas del racismo son las clases sociales, pero para que se desarrolle también deben de existir algunos lazos en la crianza de los individuos. Algunas de las causas del racismo son:
- La necesidad humana de supremacía.
- Ideologías supremacistas.
- Causas biológicas, genotípicas o de color.
- Coexistencia de diversas religiones (las personas religiosas son más racistas).
La racialización se expresa en muchos ámbitos:
- Resultados de la (des)colonización
- Inserción racializada de migrantes
- Racialización de la religión
- Racialización del trabajo
- Racialización en la educación
- Racialización en relación al género
- Racialización de la salud
- Racialización del afecto
- Racialización del arte
- Racialización algorítmica
- Racialización del sistema penitenciario
NTP 922: Estrés térmico
La NTP 922 trata sobre la evaluación del estrés térmico y la sobrecarga térmica. En ella se explican los fundamentos de la exposición laboral a ambientes calurosos así como de sus riesgos y se propone, además, un esquema de gestión de las situaciones de calor intenso.
El estrés térmico es la carga de calor a la que las personas trabajadoras están expuestas como resultado de las condiciones ambientales del lugar donde trabajan, la actividad física que realizan y las características de la ropa que llevan.
Entre los factores que se miden y que determinan el estrés térmico se incluyen: la temperatura del aire, la humedad relativa, la velocidad del aire, la radiación, la actividad metabólica y el tipo de ropa (emisividad y radiación de la misma).
Un nivel de estrés térmico medio o moderado puede dificultar la realización del trabajo, pero cuando se aproximan a los límites de tolerancia del cuerpo humano, aumenta el riesgo de trastornos derivados de la exposición al calor.
La sobrecarga térmica es la respuesta fisiológica del cuerpo humano al estrés térmico y corresponde al coste que le supone al cuerpo el ajuste necesario para mantener la temperatura interna en el rango adecuado. Los parámetros que permiten controlar y determinar la sobrecarga térmica son: la temperatura corporal, la frecuencia cardiaca y la tasa de sudoración.
La sobrecarga térmica depende de factores propios de cada persona que incluso puede variar en el tiempo, por lo que estos factores o características personales son los que determinan la capacidad fisiológica de respuesta al calor.
Entre los factores individuales de riesgo que reducen la tolerancia individual al estrés térmico, se encuentran la edad, la obesidad, la hidratación, el consumo de medicamentos o bebidas alcohólicas, el género y la aclimatación.
Efectos sobre la salud de la exposición al calor:
- Síncope por calor: La pérdida de conciencia o desmayo consecuencia de una bajada de tensión con disminución de caudal sanguíneo que llega al cerebro.
- Deshidratación y pérdida de electrolitos: Por la exposición prolongada a través de la sudoración. Se traduce en problemas gastrointestinales y calambres musculares.
- Agotamiento por calor: Cuando existe una gran deshidratación y sus síntomas incluyen la pérdida de capacidad de trabajo, disminución de las habilidades psicomotoras, náuseas, fatiga, etc.
- Golpe de calor: Cuando la termorregulación ha sido superada. Se caracteriza por un incremento elevado de la temperatura interna por encima de 40,5 °C, y la piel caliente y seca debido a que no se produce sudoración. Requiere asistencia médica y hospitalización.
La NTP 923 expone la evaluación del estrés térmico y la sobrecarga térmica (IST). El IST sustituye al Índice de Sudoración Requerida (ISR) –NTP 350-. El método del índice WBGT –NTP 322– se utiliza para valoraciones iniciales y la NPT 18 para la evaluación de exposiciones muy intensas.