Del ERTE al ERE

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Las predicciones para los próximos años no son buenas para el empleo. Se espera pasar del 14,1% en el 2019 al 17,4% en el 2021 continuando con la tendencia previa al COVID-19
La conversión de ERTEs en EREs ya ha comenzado afectando a más de un millón de personas. Aunque hay dudas jurídicas al respecto, la respuesta de los  trabajadores será vital como respuesta a esta segunda ola de agresiones.

La OCDE predice que el PIB después de haber caído en el 2020 espera crezca un 5% en el 2021 y un 4% en el 2022. Pero no obstante considera que el desempleo continuará alto alcanzando 17,4% en 2021. Es decir se espera continuar la destrucción de empleo que nos ha hecho pasar del 14,1% del 2019 al 15,8% del 2020. Este proceso se deberá a la inviabilidad sobrevenida de algunas empresas y a las reestructuraciones para mejorar su productividad en otras. 

A pesar de las posibles consecuencias de los despidos por la cláusula de salvaguarda del empleo, ya ha comenzado la conversión de ERTEs en ERES y de los 974.489 trabajadores afectados por EREs hasta septiembre, el 99,3% (967.724 trabajadores) estaban en ERTEs. Más de 70.000 personas se han visto afectadas por EREs este trimestre y muchas empresas son del sector del metal. Pero no nos engañemos esto no es más que una segunda ola de los despidos masivos que se estaban llevando a cabo ya en 2019 donde 27.525 personas fueron despedidas en EREs  entre los meses de enero y noviembre del pasado 2019 (con un incremento del 52% respecto al año anterior).

La jurisprudencia indicaba ya desde la STS 2/2014 que para convertir un ERTE en ERE deben concurrir, al menos, una de estas dos condiciones:

  • la concurrencia de una causa distinta y sobrevenida de la invocada y tenida en cuenta para la suspensión;
  • tratándose de la misma causa, un cambio sustancial y relevante con referencia a las circunstancias que motivaron se autorizará dicha suspensión.

Hay unas 750.000 personas en ERTE. La STSJ de Asturias 27/2020  ha abordado esta cuestión por primera vez en el marco de la pandemia declarando la nulidad del despido colectivo (finalizado sin acuerdo) proviniendo de un ERTE de fuerza mayor.  Hay quien opina que el tránsito de ERTE a ERE va a ser complejo que pueda justificarse, otros laboralistas consideran que puede tener inseguridades jurídicas y los empresarios exigen facilitar el tránsito de los ERTE a los ERE y que el Estado pague la mitad del despido. En todo caso, habrá que permanecer a la expectativa de la evolución política y jurídica de esta cuestión y ver si los trabajadores somos capaces de articular respuestas adecuadas ante esta nueva ola de agresiones.

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