El futuro del trabajo

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Nuestra sociedad basada en el trabajo se está transformando. El alcance de esta transformación es impredecible. 
Muchas alternativas diseñan formas de reducir los efectos más perversos del capitalismo; pero, el problema subyacente a una sociedad tecnificada es la propia existencia del trabajo que se convierte en innecesario mientras es uno de los ejes sobre el que pivota el sistema capitalista.

Los avances tecnológicos están transformando el mundo del trabajo y “piden que se tomen medidas enérgicas” (Comisión Mundial sobre el Futuro del Trabajo de la OIT, 2019). Y esta transformación se ha acelerado durante el 2020 por efecto de la pandemia.

Tenemos que aprovechar las posibilidades que nos brindan estas transformaciones profundas para crear un futuro más prometedor y conseguir seguridad económica, igualdad de oportunidades y justicia social.

La OIT propone un programa centrado en las personas con tres ejes de actuación para generar crecimiento, igualdad y sostenibilidad mediante la inversión en: 1. las capacidades de las personas; 2. las instituciones del trabajo; y 3. el trabajo decente y sostenible.

No obstante, en muchos ámbitos todavía no hay conciencia de lo que está aconteciendo y visualizan el futuro del trabajo solo a corto plazo como un conjunto de tecnología, flexibilidad y cambio cultural hacia una de “responsabilidad flexible“.

La tecnología hace el trabajo menos necesario.

Pero la transformación a la que nos estamos enfrentando puede ir mucho más lejos. 

La inversión tecnológica no es la panacea. La tecnología no es un bien público; pertenece a unos pocos propietarios (GAFA y BAT) que no quieren regular sus negocios.

El capitalismo no puede crecer en una relación armónica como desearía la OIT, porque, como dice Sousa Santos, “El capitalismo no funciona sin racismo y sin sexismo” porque “el capitalismo tiene en su matriz la explotación del trabajo, la explotación de la naturaleza”.

La economía social ha evolucionado rápidamente y cuenta con el apoyo de la UE;  está sustentada en los mismos pilares de producción y trabajo sirviendo de moderadora de los excesos de la economía capitalista.

Tampoco es suficiente con dulcificar el trabajo como propone Albert Cañigueral con: 1. Una nueva denominación; 2. Diversidad; 3. Trabajo colectivo; 4. Buenas empresas; 5. Derechos; 6. Tecnología y 7. Trabajo bajo en carbono.

Debemos construir colectivamente una nueva sociedad que excluya el trabajo.

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