El 25 N y el 25%

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Este 25 de noviembre acabamos de celebrar el día contra la violencia de género, pero la realidad es tozuda y el tercer trimestre del 2020 las mujeres víctimas de esta violencia aumentaron casi un 25% sobre el trimestre anterior.

Una vez pasado el 25N, conviene recapitular y echar un vistazo a las cifras disponibles sobre violencia de género. Las estadísticas oficiales nos dicen que, a día 9 de diciembre, 42 mujeres habían sido asesinadas a manos de sus parejas o ex-parejas. Esta cifra es casi un 25% inferior al mismo periodo del año pasado, aunque poco consuelo supone la estadística para las familias de las víctimas. Recordemos también que los datos oficiales dejan fuera a aquellas mujeres que no tenían una relación sentimental con su agresor.

Sin embargo, pese a la disminución interanual, el tercer trimestre de 2020 fue realmente negativo para la violencia de género. Las víctimas mortales cuadruplicaron a las del segundo trimestre (16 frente a 4), las denuncias se dispararon y las mujeres que en los juzgados adquirieron la condición de víctimas de violencia de género subieron un 25%. Los indicadores de la Comunidad de Madrid están en la media nacional y 14,1 mujeres de cada 10.000 están declaradas víctimas por un juzgado según el informe del CGPJ.

Aprovechamos para analizar también las cifras de mujeres asesinadas en 2020, pero desglosadas por nacionalidad de víctima y agresor. En contra de la idea comúnmente extendida de que los agresores son mayoritariamente extranjeros, los números nos dicen lo contrario. Los agresores de nacionalidad española son un 65,8% del total mientras que las víctimas sólo tienen nacionalidad española en un 57,9% de los casos. Es decir, que son más las veces que un hombre de nacionalidad española agrede a una mujer extranjera que a la inversa.

La violencia de género es un problema de toda la sociedad. El 25N funciona como toma de conciencia pero debe de tener continuidad en el día a día. Más allá de discursos partidistas necesitamos aceptar que el fenómeno va mucho más allá de la cuenta anual de asesinatos, que hasta no hace demasiado se camuflaban bajo el eufemismo de “crímenes pasionales”, y aprender a rechazar cual manifestación de violencia hacia  la mujer.

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