Primero de mayo

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No debemos olvidar, que el 1 de mayo se celebra en memoria de los sindicalistas anarquistas asesinados en Chicago en 1886, que participaron en las jornadas de lucha por la consecución de la jornada laboral de ocho horas.  A partir de entonces se convirtió en una jornada reivindicativa de los derechos de la clase trabajadora transformada en “puente festivo” desde el sistema, con la firme intención de convertir una jornada de lucha y reivindicación en una oportunidad más para el consumo y el beneficio económico.

Seguimos siendo testigos de la precarización de las trabajadoras, de la dificultad de sobrevivir a este sistema en el que nos vemos sometidos. Son insuficientes las medidas propagandísticas del gobierno porque nuestros derechos y nuestras libertades se conquistan, no se votan. La lucha está en la calle, en los Centros Sociales, en los centros de trabajo, en los barrios, en los hogares y no en el parlamento.

Seguimos siendo testigos del abuso de los ERTEs, despidos a compañeras represaliadas, de los desahucios, violencia policial y abusos de poder, destrucción de nuestro planeta por parte de las grandes corporaciones, fascismo y racismo institucional, CIEs, guerras, etc.

La crisis sanitaria ha servido para acelerar el proceso de crisis sistémica capitalista en la cual desde el sector del metal llevamos un tiempo sufriendo sus consecuencias. Somos un sector ultra dependiente de las materias primas naturales, sobre todo minerales y combustibles fósiles, y estamos expuestos ante la evidencia de que es imposible el crecimiento infinito dentro de un planeta finito y una parte muy importante de nuestra actividad está vinculada a la industria bélica.

No podemos eludir nuestra responsabilidad como sindicato de clase y organización comprometida con nuestro planeta y con la vida, por ello, debemos continuar trabajando en alternativas que generen un contrapoder al capitalismo, desde el apoyo mutuo, la acción directa, con perspectiva feminista y desde la militancia activa. Organicémonos desde abajo, desde el debate y el estudio, desde la acción y construcción de otras realidades porque como escribió Miguel de Cervantes en El Quijote «cambiar el mundo, amigo Sancho, que no es locura ni utopía, sino justicia«Aprovechemos las grietas del sistema y construyamos entre todas el mundo nuevo que llevamos en nuestros corazones. Porque solo trabajando con otras será posible construir estas nuevas realidades para nuestros barrios, municipios y centros de trabajo.

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