Turnos rotativos o partidos y otras formas de precariedad más allá de los bajos salarios
Cuando hablamos de precariedad laboral, en muchas ocasiones, pensamos en los bajos salarios que perciben los trabajadores a final de mes y en las dificultades que tienen para vivir debido a esa baja cantidad de dinero, pero la precariedad laboral va mucho más allá y puede presentarse de diferentes formas y tener diferentes intensidades. Por eso en Mierda Jobs queremos contar otras formas de precariedad.
Turnos rotativos
Los turnos rotativos en multitud de ocasiones no dejan a los trabajadores organizarse y dificultan la conciliación entre la vida personal y la vida profesional, ya que es el trabajo el que marca los tiempos de vida del empleado.
Celeste es periodista y trabaja con horarios rotativos que le impiden apuntarse a ninguna clase presencial. «Yo organizo mi vida en base al turno que me toque esa semana, por lo que no puedo tener actividades fijas. No puedo ir a inglés los martes y los jueves por la mañana, por ejemplo. Ahora que empieza el curso, me quería apuntar a unas clases y no puedo hacerlo porque de cuatro semanas que tiene un mes, dos semanas no podré ir. Si me toca trabajar de tarde, se ve muy reducida mi vida social porque trabajo hasta las doce de la noche… Tampoco puedo hacer planes a largo plazo porque mis horarios me los dan de forma mensual, por lo que no puedo planificar un viaje, un concierto o lo que sea con tiempo. Eso me repercute también a nivel económico porque si coges un vuelo o unas entradas con poco tiempo siempre son más caras. Incluso me afecta a la hora de pedir citas médicas… Si ya es difícil conciliar con un turno fijo, imagínate los que tenemos un turno rotativo. Para mí es una de las peores cosas de mi trabajo», cuenta.
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