Riesgos psicosociales y teletrabajo
El teletrabajo va a ser habitual en el futuro y con el incremento de la ansiedad y la soledad. Una adecuada evaluación y prevención de los riesgos psicosociales que implica el teletrabajo es uno de los retos a la acción sindical en la actualidad. |
Según un estudio de Randstad, en 2020 en España un 22% de la población activa está teletrabajando. El teletrabajo ha venido para quedarse tras su extensión durante la pandemia y está siendo reclamado por muchos trabajadores que lo consideran ventajoso a pesar de los problemas identificados.
Los criterios que la NTP 412 detalló en 1996 para la implantación del teletrabajo han quedado superados.
El RDL 28/2020 (Sección 4) regula el derecho a la prevención de riesgos laborales con una evaluación de riesgos que deberá tener en cuenta sus riesgos característicos en especial factores psicosociales, ergonómicos y organizativos. Acudir al puesto de trabajo físicamente nos dota de unas rutinas y de la necesaria desconexión de la vida familiar y la interacción con otras personas. Con el teletrabajo la gente tiene más ansiedad y se siente más sola.
En la actualidad la mayoría de las bajas médicas tienen como origen enfermedades psicosociales y es probable que estas se disparen aunque tratemos de evitarlo con la irrupción masiva de esta forma de trabajo.
La NTP 926 define los factores psicosociales como “aquellas condiciones presentes en una situación de trabajo, relacionadas con la organización, el contenido y la realización del trabajo susceptibles de afectar tanto al bienestar y la salud (física, psíquica o social) de los trabajadores como al desarrollo del trabajo”. Varias NTP se dedican a estos riesgos. Específicamente las NTP 1122 y NTP 1123 analizan las TIC como factor de riesgo.
El teletrabajo ha de sumarse a las causas generadoras de estrés (NTP 318) y burnout (NTP 704, NTP 705 y NTP 732).
Para evitar las diversas patologías que pueden surgir en este campo por motivo del trabajo a distancia, debemos exigir que la empresa aplique medidas para:
- Resolver los problemas técnicos.
- Formación en TICs y herramientas.
- Medidas de desconexión digital.
- Flexibilidad horaria y auto-organización del trabajo.
- Facilitar la comunicación entre trabajadores y con sus representantes.
Ritmos de trabajo con descansos y pausas cortas y frecuentes.