Elecciones digitales

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En Ericsson hemos compatibilizado el teletrabajo generalizado con los procesos electorales. La clave: las herramientas de voto digital.

En Ericsson trabajamos más de 2000 personas repartidas por varios centros de trabajo en España. Los dos más grandes, (Torre Suecia y Milenium) situados en Madrid, tienen censados a algo más de 1000 trabajadores uno, y 650 el otro. Desde marzo de 2020, y debido al COVID-19, toda la plantilla está teletrabajando, con pequeñas excepciones, y según la última instrucción de la empresa, así seguirá siendo hasta, al menos, el 31 de Mayo.

En junio de 2020 expiró el mandato de los Comités de Empresa de los centros de Madrid, pero al no darse las condiciones necesarias para habilitar una votación presencial, los procesos de elecciones sindicales se paralizaron. Una vez quedó claro que el COVID-19 no se iba a resolver en el corto plazo, se hizo necesario buscar una solución para renovar los Comités de Empresa con las suficientes garantías, y para ello se acordó con la empresa la compra de una herramienta externa y con todos los certificados necesarios para hacer las votaciones de forma electrónica.

La empresa se encargó de abrir un proceso de compra de la herramienta asumiendo todos los costes. Una vez seleccionado el proveedor, se hizo una demostración a todas las secciones sindicales. No se percibieron más incidencias que algún error al dar de alta a los interventores, que fue rápidamente subsanado. 

El día de la votación la herramienta envía un correo a cada trabajador del censo con un enlace individualizado para poder votar.  Con el enlace, el trabajador accede a las papeletas electorales y puede votar por cualquiera de ellas o también votar en blanco. Tanto la mesa electoral como los interventores pueden ver, en tiempo real, la cantidad de votos emitidos (aunque no el sentido del voto). Una vez cerrada la votación, la herramienta entrega el recuento de votos de manera inmediata y emite un certificado del mismo. 

En nuestro caso, además del voto telemático, también se habilitó urna para voto presencial y voto por correo, opciones que apenas usaron una decena de personas. La herramienta electrónica permite descontar el voto de las personas que hayan votado telemáticamente si luego se presentan en la urna. El efecto más destacable del formato electrónico ha sido el gran incremento en la participación, que se ha disparado hasta casi el 75% en ambos centros, un valor muy superior al de las elecciones presenciales con urna.

En resumen: una experiencia positiva para evitar la parálisis electoral, a la que vemos mucho recorrido más allá del COVID-19.

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