Transversalidades:Teletrabajo- mundo rural-servicios públicos
La despoblación rural en un problema que nos afecta a todos.
El teletrabajo permite desarrollar las actividades productivas desde el ámbito rural generado un efecto multiplicador por los servicios incluidos y los servicios públicos demandados por las personas teletrabajadoras.
La ONU estima que la población rural bajará del 43,64% en 2020 a un 31,64% en 2050 definiendo las zonas rurales como las constituidas principalmente por áreas con baja densidad de población (menos de 300 habitantes/km2). El problema es mayor en los países desarrollados. En España en 2050 solo un 10% de la población vivirá fuera de ciudades (datos alternativos).
La despoblación rural es resultado de la baja natalidad, el envejecimiento, la agricultura y ganadería industrial y la desaparición del tejido productivo.
El mundo rural está en un círculo vicioso en el que la cada vez menor población redunda en una menor actividad económica que, a su vez, provoca mayores desplazamientos en busca de oportunidades laborales. También tiene efecto en las ciudades medianas y pequeñas que sin habitantes en los pueblos vecinos su oferta de comercio, ocio o sanidad deja de tener sentido y se pierden puestos de trabajo. Las grandes ciudades se vuelven más insostenibles con problemas de organización, urbanismo descontrolados, subida del precio de la vivienda y saturación en los servicios públicos que requieren más inversión que se detrae del medio rural.
La despoblación rural es una amenaza para todos al romperse el equilibrio establecido con el ecosistema (incendios, biodiversidad, desertificación, patrimonio y cultura rural) y se están desarrollando proyectos al respecto.
El teletrabajo es una herramienta de cambio en la dinámica territorial que puede tener un impacto positivo reduciendo la migración de las zonas rurales o incluso invirtiendo la tendencia debido a la mejor calidad de vida y precio de la vivienda. Aunque tiene que resolver los problemas de su baja conectividad y de su aplicación a solo cierto tipo de actividades. Están surgiendo centros de innovación y teletrabajo en estas zonas que permitirán diversificar la economía fuera del sector agropecuario y turístico.Según la OIT la economía rural “tiene un considerable potencial de crecimiento económico, creación de empleos y promoción del trabajo decente si se implementan las políticas correctas”. Hay iniciativas políticas para enfrentar este problema. Pero la alternativa rural como alternativa residencial debe venir aparejada de una mejora sustancial de los servicios públicos, transportes y de la conexión digital.