LA CRISIS DE LOS SEMICONDUCTORES; SUS DECISIONES NOS VUELVEN A PERJUDICAR

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Las últimas visitas reales junto al Presidente del Gobierno, a varias fábricas del auto, son una prueba de la colaboración del estado con las grandes multinacionales. El reparto de los miles de millones que Europa aportará al estado español (mitad en ayudas, mitad en préstamos para justificar posibles recortes sociales) tiene ya destinatarios en estas ricas empresas que preparan proyectos PERTE con los que conseguir ayudas multimillonarias.

Las mismas empresas que, después de las ayudas sociales por la pandemia que significaron los ERTEs de fuerza mayor, están solicitando en cascada centenares de ERTEs por la falta de “semiconductores”.

En la FESIM-CGT no podemos aceptar que, de nuevo, los empresarios y multinacionales se llenen los bolsillos con el dinero de toda la población trabajadora. No estamos aceptando estos nuevos ERTEs y menos aún aceptamos que se aprueben por esta cantinela de la “falta de semiconductores”.

Desde hace décadas estas grandes empresas han desviado la fabricación de estos elementos electrónicos a países asiáticos porque con ello bajaban los costes y aumentaban los beneficios de manera obscena. Pero ello significaba una logística basada en grandes buques y largos tiempos para su transporte hasta Europa o América. Y ahora, a la pandemia y a una economía abocada a la digitalización de nuestras vidas, se ha unido una nefasta planificación de pedidos de “chips” en la mayoría del sector del auto que ha generado la falta de componentes digitales.

Esta situación tiene un nombre, unos culpables y unas víctimas.

·       El nombre es PARO TÉCNICO. Lo establece el art. 30 del Estatuto de los Trabajadores; cuando el empresario no puede dar trabajo, debe pagar el salario.

·       Los culpables son las multinacionales de un capitalismo en búsqueda infinita de lo más barato, sea en el país que sea, y con la precariedad que conlleve.

·       Las víctimas, las miles de personas que trabajan para el auto y también el erario público que pierde medios para la sanidad, la educación y el bien de todos y todas.

Desgraciadamente hemos de señalar a quienes desde su responsabilidad sindical deberían impedir esta situación y, lejos de ello, están colaborando, aceptando y acordando que las empresas usen los fondos públicos para pagar lo que es una responsabilidad empresarial que deben asumir con los inmensos beneficios de los últimos años.

Si a todo esto unimos la restructuración que se anuncia hacia el coche eléctrico, con una amenaza clara de reducción de mano de obra, las consecuencias sobre las personas que dependemos de un puesto de trabajo en el auto y en el metal, pueden ser muy negativas.

Hace falta una estrategia sindical común en todas las empresas del auto y proveedoras, que evite las maniobras de las multinacionales. Se están usando los EREs de manera fraudulenta, cargando a la ciudadanía el coste, cuando la falta de componentes viene de los problemas logísticos que ellos mismos han causado y que se deben solucionar con PARO TÉCNICO.

No podemos aceptar que ante una crisis que afecta a toda la población, las ayudas acaben en manos de los de siempre. Menos aún cuando amenazan con reducción de puestos de trabajo, más desempleo y pobreza para los trabajadores y trabajadoras. La respuesta es clara y necesaria, REDUCCIÓN DE LA JORNADA A LAS 30 HORAS SEMANALES, MANTENIENDO EL SALARIO PARA SALIR TODOS Y TODAS DE LA CRISIS.

POR UNA EVOLUCIÓN SOCIAL

30 horas semanales, sin reducción de salario.

Reducción de la edad de jubilación.

Reducción de los ritmos de trabajo para conservar la salud.

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