Visibilizar a las personas migrantes
El 3,5% de la población mundial es migrante internacional. En España ascienden a 27,2 M (un 15% de la población).
A pesar de la contribución de la inmigración a nuestra sociedad las personas inmigrantes siguen siendo discriminadas. Cambiar esta situación es una cuestión básica para construir un mundo más humano.
La migración humana consiste en el cambio permanente o semipermanente de la ciudad, región o país de residencia. En 2020 se estiman 272 millones de migrantes internacionales (un 3,5% de la población) de los que un 47,9% son mujeres y un 13,9% niños, 164 M trabajan en el país de destino y 25,9 M son refugiados. Además hay 41,3 M de desplazados internos y 3,9 M de apátridas. En España hay 7,2 M (INE) de extranjeros (un 15% de la población).
La xenofobia es el rechazo al extranjero o inmigrante y se suele basar en el sentimiento de protección de una nación, aunque habitualmente va unida al racismo. El extranjero se convierte en el elemento amenazante. Los prejuicios xenófobos más extendidos están la superioridad cultural (eurocentrismo), el temor a la pérdida de la propia identidad, la vinculación del paro y la delincuencia a los emigrantes.
En España un informe del 2017 (pg. 7) muestra que el 27,1% valora negativamente la inmigración y el 65,5% cree que reciben más prestaciones públicas. Esta hostilidad hace que en la actualidad 1 de cada 3 españoles piense que son peligrosos y que tienen privilegios (maldita migración).
A pesar de su contribución a la sostenibilidad de nuestra sociedad las personas inmigrantes son invisibilizadas, estigmatizadas y excluidas en aspectos como:
- Desarrollo laboral, precariedad y vulnerabilidad.
- Migraciones para campañas agrícolas.
- Estereotipos sobre familias migrantes.
- Integración en la escuela y vulnerabilidad.
- Empobrecimiento y marginación.
- Exclusión sanitaria.
- Prostitución.
- Menores (MENAs) después de su mayoría de edad al ser extutelados o retornados.
- Representación en la prensa y televisión.
- Objetivo de bulos y discursos de odio.
La migración es fuente de riqueza económica social y cultural. Pero para disfrutar de sus aportaciones hemos de ser capaces de valorar la interculturalidad, gestionar esta diversidad de forma adecuada desarrollando políticas públicas (más contundentes que los últimos cambios reglamentarios). No debemos olvidar que la migración es un fenómeno donde muchos españoles han participado y a la que nuestro jóvenes se siguen viendo abocados en muchas ocasiones.